Seis millones de Judios murieron en el Holocausto.
Para muchos en todo el mundo, un adolescente les
dio una historia y una cara. Fue Ana Frank, la adolescente
que, según su diario, mantuvo su esperanza y la
humanidad se escondió con su familia en un ático de
Amsterdam. En 1944 los nazis, siguiendo una pista,
arrestó a los francos, Ana y su hermana murió de tifus
en Bergen-Belsen sólo un mes antes de que el campo fue
liberado uno. El mundo se sabe de ella a través de sus
palabras y por medio de ordinario este retrato de chica
de 14 años. Ella mira con ojos grandes, con una expresión
enigmática, mirando a un futuro que el espectador
sabe que nunca llegará.
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