miércoles, 31 de agosto de 2011

Henry Dunant y su Cruz Roja Internacional

Henry Dunant

1828-1910

Fundador del Movimiento Internacional de La Cruz Roja
A los 18 años, Dunant ya era hombre serio y ferviente devoto. Su entregada vida y su compasión por los menesterosos lo llevó a ingresar en iniciativas caritativas, cuyos miembros se dedicaban a socorrer espiritual y materialmente a los pobres y enfermos de Ginebra. En 1853 comenzó a trabajar en un banco; estaba convencido de que tenía el deber de usar su capacidad para triunfar en los negocios y así poder usar ese talento y riqueza en favor de los necesitados. Participó activamente en la fundación de asociaciones de Jóvenes. Durante un viaje a Italia en Junio 1959 estaba en busca del emperador Napoleon, en esos dias se libraba una batalla y Dunant presenció horrorizado lo inadecuado que eran los servicios sanitarios militares y la agonía que sufrían los heridos durante esa ahora recordada Batalla de Solferino que enfrentaba a Franceses y Austríacos.

Luego de presenciar la batalla, dejó de lado su acometido principal y se dedicó a brindar su ayuda durante varios días a los heridos en combate, Dunant regresó a Suiza despues de un arduo trabajo pero la idea de que tanta desgracia se podía evitar, no se apartaba de su mente y llegó a la conclusión de que la única forma de estar en paz consigo mismo era escribir sobre el horror del que había sido testigo. Escribió un libro: Recuerdo de Solferino. [1862)
No sólo se limitó a narrar los hechos sino que demostró que la mayor parte del sufrimiento hubiera podido evitarse sin dificultad. En ese libro, Dunant formula una pregunta esencial:
¿No se podrían fundar en tiempo de paz sociedades voluntarias de socorro compuestas de abnegados voluntarios altamente calificados cuya finalidad sea prestar o hacer que se preste, en tiempo de guerra, asistencia a los heridos?

Anochecía, los soldados heridos trataban desesperados de respirar el aire viciado por el calor tórrido y el polvo, con voces cada vez más débiles imploraban auxilio. Al lado de algunos heridos, militares amigos se habían arrodillado, pero era muy poca la ayuda que les podían prestar para aliviar sus sufrimientos, pues carecían de medicamentos, víveres y agua.
Sólo podían estrechar las manos de los moribundos entre las suyas y consolar los lo mejor posible.
Era el 24 de junio de 1859, los ejércitos del imperio austríaco y de la alianza francosarda acababan de librar una batalla, en Solferino, un pueblo al norte de Italia, donde participaron 300000 soldados y resultaron muertos o heridos 40 000 de ellos. La carnicería había durado 16 horas.
Tales desgracias eran normales, después de una horrible matanza en una batalla anterior, un general famoso, encogiéndose de hombros, dijo lleno de resignación: "No se hacen tortillas sin romper huevos".

Dunant corrió con los gastos de la primera impresión de Recuerdo de Solferino y en noviembre de 1862 apareció la primera edición. La reacción que provocó el libro fue impresionante. El éxito arrollador de la obra dejó anonadado a Dunant.
Recuerdo de Solferino fue la chispa que encendió la llamarada de entusiasmo y los esfuerzos que conducirían a la fundación de la Cruz Roja.
En 1864, se convoco' a la primera conferencia diplomatica en Ginebra, el propio Dunant quedó impresionado por la numerosa asistencia.
A pesar de cierta resistencia, Dunant ganó la partida de la neutralidad de los servicios sanitarios y se adoptó la recomendación de que fueran reconocidos como neutrales las ambulancias, los médicos y sus asistentes, así como los habitantes del país que prestaran socorro a los heridos.
Todos los países adoptarían un emblema universal, una cruz roja sobre fondo blanco que figuraría en ambulancias, hospitales militares, y como distintivo en la ropa del personal sanitario. Esta simple idea de Dunant puede parecer muy obvia, pero la verdad, es que antes de él nadie había encontrado la solución para evitar que se disparase, en el fragor de la batalla, sobre los miembros del servicio de sanidad.

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En 1864, en Ginebra, logró sentar las bases de la Cruz Roja junto con los representantes de 17países. Esta entidad de auxilio para los heridos de guerra, sin distinción de nacionalidades, adoptó los colores de la bandera suiza pero invertidos una Cruz Roja sobre un fondo blanco. Sus esfuerzos y los de otras personas ayudaron a crear la primer Conferencia de Ginebra (1863) y después la Convención de Ginebra (1864). (Foto abajo)

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d3/Original_Geneva_Conventions.jpg/800px-Original_Geneva_Conventions.jpg

En donde se crearon el CICR. Comite Internacional de La Cruz Roja,

mismo que sirve de guardian de los convenios. En Solferino estuvo presente Dunant, un comerciante que había ido a Italia en viaje de negocios. Lo que presenció en Solferino cambió su vida y la de millones de personas. Del horror que produjo en él, ese espectáculo de caos y dolor, surgiría más tarde lo que hoy conocemos como la organizacion de ayuda humanitaria mas grande del mundo; el movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. En 1876, Turquía adoptó el símbolo de la Media Luna Roja en vez de la cruz y que se extenderá a lo largo de los países musulmanes en todo el mundo.
En 1901 compartió el primer Premio Nobel de la Paz.
Los Convenios de Ginebra fueron el primer tratado multilateral firmado por países, reunidos. Actuarian en tiempo de paz para prevenir el sufrimiento. En el transcurso de los años el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) logró que los gobiernos actualizaran y revisaran estos convenios, los que cuentan con un reconocimiento universal. El CICR junto a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y las Sociedades Nacionales, integran el Movimiento Internacional éstas cumplen una misma mision humanitaria: Ayudar indiscriminadamente a quien sufre, contribuyendo a mantener y promover la paz en el mundo. Todos los integrantes de este movimiento se rigen por 7 Principios Fundamentales: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad.
La Primera Guerra Mundial representa el mayor desafío que debe afrontar la Cruz Roja, hasta ese momento: miles de voluntarios se movilizan para ayudar a los heridos en los campos de batalla y en 1917 el CICR obtiene el Premio Nobel de la Paz.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Cruz Roja actua de nuevo y distribuye socorros por un valor total de 500 millones de francos suizos a la población civil de los territorios ocupados. El CICR realiza 11 000 visitas a prisioneros de guerra militares y civiles y les envía suministros de socorro evaluados en 3,5 mil millones de francos. Dos veces más obtendrá el Premio Nobel.
Henry Dunant, como ha ocurrido con muchas grandes figuras, vivió muy modestamente durante muchos años, errante de ciudad en ciudad y enfermo. Su único consuelo era ver que la Cruz Roja crecía a grandes pasos. Sus ideas ya habían salvado miles de vidas. Uno tras otro los países organizaban sus propias sociedades nacionales y empleaban los años de paz en preparar la asistencia a los heridos de los ejércitos en campañas.
La bandera de la Cruz Roja comenzaba a ondear en muchos campos de batalla convirtiéndose en un emblema conocido, grupos de enfermeras diplomadas y camilleros, junto con suministros y socorros médicos iban detrás de cada ejército en marcha. Dunant vivió en Heiden, pueblo situado al Este de Suiza. Así hubiera seguido hasta el final de sus días, si en 1895 un joven periodista no se hubiera dedicado a escalar las montañas próximas al poblado. Charlando con la gente del lugar supo que el fundador de la Cruz Roja vivía en el hospital del pueblo y como buen periodista concertó una cita y lo entrevistó.
Muchos años habían transcurrido desde la publicación de Recuerdo de Solferino, el público recordó, por medio de
el artículo de este periodista, y provoco una respuesta abrumadora. Dunant comenzó a recibir cientos de cartas y muchas visitas de viejos conocidos, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y Media Luna Roja del mundo eterno le rindieron homenaje. Por estos hechos en 1901 se acordó entregar a Henry Dunant el reconocimiento internacional más importante en mérito a sus obras.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f0/Grab_Henry_Dunant02.jpg/503px-Grab_Henry_Dunant02.jpgSu mausoleo

Murió a los 82 años, el domingo 30 de octubre de 1910.
Del hombre peculiar de Ginebra, cuya visión casi fue demasiado grande para su propio bien, nació un movimiento que hoy se extiende por todo el mundo; que ha llegado a millones de personas; que presta socorro por igual a civiles y a militares.
Ningún otro tratado en la historia de la humanidad ha alcanzado un número igual de signatarios, y no existe ninguna organización humanitaria que cuente con tantos millones de miembros en tantos países.

7 Principios fundamentales del

Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja


Fuente: U-69 Cruz Roja Celaya

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