Un estudio indica que una intensa experiencia traumática puede activar por sí misma recuerdos que no estén relacionados con ella. Los autores del trabajo de investigación plantean que el estrés podría contribuir a generar asociaciones inapropiadas en el cerebro.
El trabajo, elaborado por un equipo de investigadores de la Academia checa de Ciencias, en colaboración con la Universidad de Nueva York (EE UU), acaba de ser publicada en la revista especializada PloS Biology. Los experimentos, realizados con ratas de laboratorio, arrojan nuevas pistas sobre cómo tratar los efectos del síndrome de estrés postraumático en los seres humanos.
El estrés en las ratas puede reactivar recuerdos que no estaban relacionados con la experiencia en sí misma Los animales se sometieron primero, en los laboratorios de Ciencias Neurales de la universidad neoyorquina, a una sencilla tarea de aprendizaje, que les obligaba a distinguir entre izquierda y derecha para poder tener acceso a su alimento. A continuación, les indujeron fuertes niveles de estrés obligándolos a nadar en un recipiente con agua.
Fenton y sus colegas de la Universidad de Nueva York han demostrado que el estrés en las ratas puede reactivar recuerdos que no estaba relacionados con la experiencia en sí misma, lo que según ellos «podría contribuir a la formación patológica de asociaciones inapropiadas en estos desórdenes».
Los resultados de estos experimentos llevaron a los autores a plantear como hipótesis que el estrés puede reactivar recuerdos no relacionados que se que se almacenan fuera del hipocampo. Trasladado al campo de la neurología humana, «el estrés traumático facilitaría de ese modo tratar los efectos patológicos vistos en estos desórdenes y otras condiciones», concluyen.
El estrés en las ratas puede reactivar recuerdos que no estaban relacionados con la experiencia en sí misma Los animales se sometieron primero, en los laboratorios de Ciencias Neurales de la universidad neoyorquina, a una sencilla tarea de aprendizaje, que les obligaba a distinguir entre izquierda y derecha para poder tener acceso a su alimento. A continuación, les indujeron fuertes niveles de estrés obligándolos a nadar en un recipiente con agua.
Fenton y sus colegas de la Universidad de Nueva York han demostrado que el estrés en las ratas puede reactivar recuerdos que no estaba relacionados con la experiencia en sí misma, lo que según ellos «podría contribuir a la formación patológica de asociaciones inapropiadas en estos desórdenes».
Los resultados de estos experimentos llevaron a los autores a plantear como hipótesis que el estrés puede reactivar recuerdos no relacionados que se que se almacenan fuera del hipocampo. Trasladado al campo de la neurología humana, «el estrés traumático facilitaría de ese modo tratar los efectos patológicos vistos en estos desórdenes y otras condiciones», concluyen.
Fuente: 20 M. Edición: ProtestanteDigital.com.
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