Mamá Pata sacó a su prole, de 10 patitos, a dar un paseo por los alrededores de Toronto (Canadá), todos muy formalitos y caminando en fila detrás de ella, como unos patitos obedientes y educados.
Pero al llegar a una esquina, una ráfaga, imprevista, de viento, dispersó a los patitos, que aun sin saber volar, fueron arrastrados por la fuerza del viento, y mamá pata, se veía incapaz de socorrerlos, por mucho que lo intentaba, porque el viento, la arrastró a ella también.
Pero por fortuna, igual que comenzó el viento, cesó y pudo reagruparlos, sin más daños, que el susto, que se llevaron.
Bueno un poco despeinada sí que quedó, mamá pata, pero siguió el paseo muy digna y feliz, de llevar detrás a su prole sana y salva y pudieron proseguir con su paseo.
Fuente: ábaco de colores
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