“No”, la palabra mágica
Por: Trilce Hernandez
¿Por qué no eres capaz de decir que no?
Quieres ayudar. En el fondo no eres más que un alma caritativa que quiere ayudar a todos en la medida en que sea posible… y cuando no también.
Te da pena ser grosera. No quieres que los demás piensen que eres grosera o poco considerada.
Quieres agradar. Piensas que si siempre estás disponible para tenderle tu mano colaboradora a quien la necesite serás más apreciada.
No quieres conflicto. Evitar las situaciones de enfrentamiento es tu mayor prioridad, por lo que prefieres decir que sí a todo.
Temes perder. Te da miedo que si dices que no a alguien, puedas arriesgarte a perder su amistad o afecto.
Aunque todas éstas parezcan razones válidas, también son percepciones de tu cabeza. Una amiga verdadera o alguien que te aprecia entenderá que no puedes estar allí siempre. Entender que no puedes sacrificar tus prioridades por atender las de otros es primordial. Es hora de aprender a decir que no:
“Tengo otros compromisos que me impiden colaborarte con lo que me pides”.
Si estás demasiado ocupada déjaselo saber a la persona lo más pronto posible para que busque ayuda por otro medio. Si te sientes cómoda puedes explicar en qué estás ocupada durante dicho tiempo para que la persona entienda por qué no puedes ayudarla
“Ahora mismo no puedo ayudarte. ¿Qué tal si hablamos en (tres días, una semana, etc.)?”
Si ahora mismo no tienes el tiempo para ayudar con lo que te solicitan pero te gustaría hacerlo en un futuro, o no quieres sonar grosera puedes poner una ventana posterior de tiempo en la que te será posible colaborar. Recuerda que deberás estar dispuesta a ayudar si el tiempo que propones le conviene a la otra persona.
“Me encantaría ayudarte pero…”
ésta es una forma de reafirmar que el proyecto o idea en que trabaja la otra persona es buena y te parece interesante pero tus propios compromisos no te permiten ayudarle.
“Déjame pensarlo, revisar mi agenda, etc.”
Esta respuesta te da tiempo para pensar si realmente te interesa hacer parte de lo que te solicitan y ver si tienes el tiempo.
“No soy la mejor persona para lo que necesitas. ¿Qué tal si le preguntas a…?”
Si no tienes las cualidades que crees que se necesitan para ayudar con un proyecto, no digas que sí ya que sólo se convertirá en un motivo de estrés. Sugiere una persona más indicada, si así lo quieres.
“No puedo ayudarte”.
Si no quieres tener que dar excusas o alargar tu respuesta simplemente di que no en un buen tono.
Foto: Stockbyte
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