¿Por qué aparecen? ¿Es posible prevenirlas? ¿Qué métodos hay para tratarlas? Todas las respuestas aquí.
Por M. Francisca Prieto
Es difícil encontrar a una persona adulta
a la que no se le formen pequeñas arrugas
alrededor de los ojos cuando sonríe o se
expone a la luz del sol sin lentes ni
sombrero. Son las popularmente
conocidas "patas de gallo", una condición
bastante común y que quienes la
presentan suelen erróneamente
asociarla al envejecimiento de la piel.
Llas “patas de gallo” corresponden a
arrugas del tipo dinámicas, es decir,
que se producen debido al movimiento
de los músculos que se encuentran
debajo de ellas. "En la zona periocular
(alrededor de los ojos) la piel es
delgada y va muy pegada al músculo
orbicular, el cual se contrae cada vez que uno pestañea. Y con el paso del tiempo,
cada vez que una persona gesticular, ese músculo va apretando más la piel, lo que
produce marcas", sostiene.
Sin embargo, el movimiento muscular no es lo único que las provoca. El fotodaño solar
también tiene mucha influencia en su aparición, debido a que los rayos UV producen
un adelgazamiento de la piel.
Según el especialista, es relativamente fácil determinar si una persona tendrá o no
"patas de gallo": sólo basta con fijarse en sus parientes más cercanos. "Hay familias
que por la forma del rostro, por la forma de gesticular, mueven mucho y marcan mucho
las 'patas de gallo' desde jóvenes", afirma.
La buena noticia es que en estos casos la prevención puede comenzar de forma muy
precoz, ojalá desde los 20 años. Ésta básicamente consiste en utilizar cremas de
contorno de ojos que mantengan la humectación de la zona y también un filtro solar
adecuado. También es útil acostumbrarse a usar lentes de sol lo suficientemente
amplios como para que protejan el borde de los ojos, "para que no haya tanto daño
solar y no se agrave el proceso que va a venir (...) Porque de todas maneras en
el tiempo (las 'patas de gallo') van a ir llegando".
Otra alternativa, agrega Rodrigo Loubies, es educar el rostro, de manera que
quienes están acostumbrados a gesticular mucho, atenúen los movimientos de
esa zona en particular.
a la que no se le formen pequeñas arrugas
alrededor de los ojos cuando sonríe o se
expone a la luz del sol sin lentes ni
sombrero. Son las popularmente
conocidas "patas de gallo", una condición
bastante común y que quienes la
presentan suelen erróneamente
asociarla al envejecimiento de la piel.
Llas “patas de gallo” corresponden a
arrugas del tipo dinámicas, es decir,
que se producen debido al movimiento
de los músculos que se encuentran
debajo de ellas. "En la zona periocular
(alrededor de los ojos) la piel es
delgada y va muy pegada al músculo
orbicular, el cual se contrae cada vez que uno pestañea. Y con el paso del tiempo,
cada vez que una persona gesticular, ese músculo va apretando más la piel, lo que
produce marcas", sostiene.
Sin embargo, el movimiento muscular no es lo único que las provoca. El fotodaño solar
también tiene mucha influencia en su aparición, debido a que los rayos UV producen
un adelgazamiento de la piel.
Según el especialista, es relativamente fácil determinar si una persona tendrá o no
"patas de gallo": sólo basta con fijarse en sus parientes más cercanos. "Hay familias
que por la forma del rostro, por la forma de gesticular, mueven mucho y marcan mucho
las 'patas de gallo' desde jóvenes", afirma.
La buena noticia es que en estos casos la prevención puede comenzar de forma muy
precoz, ojalá desde los 20 años. Ésta básicamente consiste en utilizar cremas de
contorno de ojos que mantengan la humectación de la zona y también un filtro solar
adecuado. También es útil acostumbrarse a usar lentes de sol lo suficientemente
amplios como para que protejan el borde de los ojos, "para que no haya tanto daño
solar y no se agrave el proceso que va a venir (...) Porque de todas maneras en
el tiempo (las 'patas de gallo') van a ir llegando".
Otra alternativa, agrega Rodrigo Loubies, es educar el rostro, de manera que
quienes están acostumbrados a gesticular mucho, atenúen los movimientos de
esa zona en particular.
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